Como cuando éramos niños, este escritorio evoca esos primeros momentos a los que nos enfrentamos con un papel y un lápiz o crayolas. Es un lindo recuerdo de nuestros primeros pupitres, con un cajón para guardar los útiles más esenciales, en el marco de una estructura de madera contrastada con otro color en la superficie. Es una amplia superficie de trabajo, 140 centímetros de largo y 70 centímetros de fondo, con pequeñas incisiones en la tapa superior que sirven para tener  siempre a la mano elementos de escritura sin que rueden por la mesa.



 

Like when we were kids, this desk evokes those first moments that we face with a paper and pencil or crayons. It is a souvenir of our first desks, with a drawer to store the most essential tools in the framework of a structure of contrasting wood with different color on the surface. It is a large work surface, 140 inches long and 70 inches background with small incisions in the top cap used to always have on hand without writing elements roll on the table.